De hombre a hombre

Querido Oso,

Parece mentira que ya se acabe nuestro tiempo en Dublín, nuestros paseos por Pearse, nuestras tardes con el fifa (con gazpacho de Paloma si es posible) y sin duda, la noche más inolvidable, el día de San Patrick que me subiste a la noria…

Sé que hace tiempo que no quieres estar en Dublín y que has luchado mucho por conseguir tu meta y ahí lo tienes. Pero sé que también sabrás valorar lo bueno que ha sido el tiempo que has pasado allí y que recuerdes que has dejado algo en mucha gente que no te olvidará. Espero que tú tampoco te olvides de la gente (especialmente de mí) ni de todo lo bueno que pasamos juntos, ni de lo malo (la pena es muy bonita) porque a mí esos momentos me ayudaron un montón y ahora los echo de menos.

Voy a aprovechar también para darte las gracias por las comidas en la cantina, por nuestras charlas de fútbol sin sentido sobre si Robinho ha dicho que no sabe nada, por traerme yogures, por hacerme el café, por darme de cenar tapitas con mucho pan, por echar guacamole en mi moqueta blanca, por aguantarme cuando me enfadaba con el mundo y sobre todo por haber sido tan buen amigo, tan auténtico y haber estado siempre ahí.

Nos vemos muy muy pronto. What do you thing?

Tu novia de Dublín